Boulahrouz nació en el seno de una familia numerosa marroquí y tiene ocho hermanos. El versátil defensa del Stuttgart ha tenido una temporada 2009/2010 decepcionante en la Bundesliga, a pesar de que la primera fue excelente. El zaguero fichó por el conjunto alemán en verano de 2008 con la esperanza de relanzar su carrera. Y es que el otrora ídolo de la afición del Hamburgo acababa de culminar dos temporadas en las que sólo había disputado un total de 20 partidos de liga, en Inglaterra con el Chelsea y en España con el Sevilla.
Marco van Basten contó con él para la Copa Mundial de la FIFA 2006. En Alemania, el protegido del Martin Jol en el RKC Waalwijk, su primer club profesional, intervino en los cuatro partidos de Holanda.
El corte defensivo es la especialidad de Boulahrouz, al que la afición del Hamburgo llamaba cariñosamente Khalid el caníbal. En la mejor defensa de la Bundesliga en 2005/2006, junto a Daniel Van Buyten entre otros, aceptó desempeñar el papel de perro guardián aun a riesgo de sacar demasiado los colmillos.
En el Chelsea comenzó con buen pie, pero perdió la titularidad y ya sólo volvió a recuperarla esporádicamente. En verano de 2007 marchó cedido al Sevilla, donde no logró adaptarse a la liga española y apenas salió del banquillo.
Boulahrouz se rehizo tras fichar por el Stuttgart, por lo menos en la primera temporada. El jugador, que ya sufrió la muerte prematura de su padre cuando sólo tenía 16 años, perdió a su hija recién nacida en plena Eurocopa 2008. Desde entonces, vive el fútbol de otra manera. El zaguero sólo disputó un partido de la competición preliminar de Sudáfrica 2010.