A sus 58 años, el ex mediocampista ofensivo del MVV Maastricht, en el que pasó la mayor parte de sus 18 años de carrera, disputará su primera Copa Mundial de la FIFA como estratega de una selección nacional.
Desde que se hizo con las riendas de la Oranje en substitución de Marco van Basten en el verano de 2008, el suegro de Mark van Bommel ha realizado un trabajo excelente. Su fase de clasificación ha sido histórica, con ocho victorias en otros tantos partidos. Ayudado por Frank de Boer y Phillip Cocu, Van Marwijk ha conseguido instaurar disciplina defensiva en la selección sin perder el tradicional buen juego holandés que tanto gusta a sus aficionados.
Antes de hacerse cargo del combinado nacional, Van Marwijk se forjó una sólida reputación en los Países Bajos. Su primera experiencia fue en el Maastricht, equipo cuyas riendas asumió en 1982 y en el que permaneció cuatro años. Posteriormente, dirigió a cinco clubes más antes de llegar al Feyenoord de Rotterdam en el verano de 2000, el último de ellos el Fortuna Sittard, al que condujo a la final de la Copa holandesa. Ya en el Feyenoord, van Marwijk saboreó las mieles del éxito europeo conquistando la Copa de la UEFA en 2002.
Dos años después, el Borussia Dortmund le permitió descubrir otra liga, y aunque no llegó a ganar nada en Alemania, la experiencia fue muy positiva. De vuelta al estadio De Kuip del Feyenoord, aferró la Copa holandesa en 2008 antes de relevar a van Basten.
Van Marwijk, a quien Andre Ooijer calificó de “entrenador cercano y comunicativo”, es ambicioso y no se esconde: su objetivo es conquistar la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010 y así lo expresan públicamente tanto él como sus ayudantes.
Sin embargo, el técnico nacido en Deventer se ha caracterizado siempre por saber mantener los pies en el suelo, como dejan traslucir estas declaraciones: “Estoy muy contento de que nuestra gran actuación en la competición preliminar haya tenido recompensa. Sin embargo, no debemos caer en el optimismo desmesurado: se trata de una Copa Mundial y no hay ningún rival fácil. Hemos demostrado que somos un gran equipo y tenemos que apuntar alto. No hace falta que nadie nos meta presión; de eso ya me encargo yo”.
